Marinela Araque Rivero emprende un viaje maravilloso por su memoria ancestral mediante el relato de la vida de su abuela Celsa Ramona Angarita Alvarado de Araque (1918-2006), la gran protagonista de su historia familiar y a quien está vinculada desde su nacimiento de manera muy particular. Ha asumido como propósito existencial preservar del olvido el gran legado ético, moral, afectivo y ciudadano de quien asumiera su crianza ante la ausencia de su madre biológica y se convierte en la columna vertebral de varias generaciones llamadas a preservar del olvido secular "...una historia que nos une", según sus propias palabras. Conmueve el sentimiento de gratitud profesado por la autora hacia la matriarca de la familia y el afán, amoroso afán, de transmitirlo a toda la descendencia con el firme propósito de mantener vivo el sistema de valores que habita en su imaginario, y de garantizar su reproducción en sucesivas generaciones